Tener una despensa provista de alimentos frescos y nutritivos permite alimentarse sanamente y mantener alejado al doctor. Tome nota: Miel, jaleas y propóleos.
La miel: Es muy buena para las infecciones provocadas por diarreas infecciosas, afecciones de la piel y para trastornos como el asma, la fiebre del heno y las afecciones de las vías respiratorias. Tomar un par de cucharadas al día diluida en agua es bueno en gastroenteritis producidas por salmonella. Es muy eficaz si se toma para prevenir algunos ataques de asma porque tiene propiedades expectorantes.
La jalea real: es un fluido de color blanquecino que segregan las abejas para alimentar a las larvas de todas las abejas durante los tres primeros días de vida, y a las larvas de las abejas reinas durante toda su vida. Gracias a ella, las abejas reinas se desarrollan más y pueden vivir 3 o 4 años, mientras que las obreras sobreviven tan solo 45 o 50 días. Es un alimento muy recomendable si se está bajo de defensas, especialmente cuando se padecen enfermedades infecciosas crónicas, gripes y resfríos frecuentes. Además, es un estimulante del sistema inmunológico, ya que aumenta el riego sanguíneo de los tejidos.
Los propóleos: son también fabricados por las abejas con la resina y la savia de los árboles. Están indicados para el consumo humano por ser un antibiótico natural que aumenta las defensas del organismo. Se recomienda su consumo para la gripe y el herpes. También para las infecciones producidas por la bronquitis y la faringitis, y también para la colitis y la gastroenteritis. El ajo y la cebolla Ambos pertenecen a la familia de las liliáceas, que cuenta con más de 3.000 especies (cebollino, puerro, espárrago, echalottes, etc.)
El ajo: tiene infinidad de propiedades antibióticas. Es estimulante, antiséptico, antirreumático y tónico cardíaco. Combate la tos, el asma, las lombrices y los venenos. Reduce el nivel de grasa y colesterol en la sangre. Purifica la sangre y el hígado y tiene gran poder antibacteriano. Estimula las defensas y además no daña la flora bacteriana. Combate las infecciones urinarias como la cistitis, la salmonella y las infecciones respiratorias. La cebolla: ejerce una accción antibiótica natural contra la sinusitis, la bronquitis y la afonía. Es expectorante y broncodilatadora (facilita la expulsión de mucosidades). Se recomienda para las infecciones respiratorias de todo tipo y contra el asma por su acción antialérgica y broncodilatadora. Mejora la circulación de la sangre y como aumenta el volumen de orina, se recomienda cuando se sufren infecciones urinarias.
Los cítricos: son ricos en vitamina C y una buena fuente de potasio, calcio y magnesio. Fortalecen los vasos sanguíneos, las mucosas y los tejidos internos. Potencian la función del sistema inmunitario. Tanto la naranja como el limón, alcalinizan la sangre. Son muy útiles para los casos de asma, alta presión y problemas de corazón e hígado. Eliminan toxinas del organismo. Actúan contra las infecciones, ya que aumentan el número, la vida y la capacidad de los glóbulos blancos de la sangre para eliminar los gérmenes. Dificultan el desarrollo de los virus en el organismo porque contienen flavonoides. Previenen todo tipo de alergias como la rinitis o el asma bronquial porque la vitamina C neutraliza los efectos las histamina, sustancia que produce reacciones alérgicas.
El yogur: es especialmente eficaz contra las amebas, hongos y bacterias como el estreptococo. Favorece el equilibrio de la flora intestinal, impidiendo el desarrollo de bacterias patógenas. Además de ser rico en proteínas, minerales (calcio), enzimas y vitaminas como la D y la B12, el yogur aporta lactosa, el alimento preferido de la bacteria intestinal. El que contiene lactobacillus bulgaris (una bacteria muy saludable para el organismo porque ayuda a la asimilación de sus vitaminas) es muy eficaz para prevenir aquellas infecciones causadas por hongos, levaduras y bacterias patógenas. Los que contienen bacterias bifido bacterium (los bífidos), bacteria autóctona de la flora intestinal, protegen la mucosa intestinal y aumentan su resistencia frente a las infecciones. Son buenos para prevenir la candidiasis, infección provocada por un hongo que se puede encontrar en la boca, la vagina y el ano, y que suele producir infecciones en la piel, sobre todo en las partes donde hay un mayor rozamiento como las axilas, las ingles o debajo de los pechos.
El pescado: comer pescado mejora los tiempos de coagulación. Las investigaciones realizadas en la Universidad de Lund, Suecia, demostraron que el pescado beneficia al corazón, haciendo que la sangre no tienda a sufrir procesos de coagulación anormales que puedan producir ataques cardíacos. El efecto se atribuye a las grasas omega-3 presentes en el pescado. Mejora la presión arterial. Con sus grandes aportes de potasio y escaso sodio, el pescado fresco es uno de los alimentos ideales para mantener la presión arterial en valores normales. Mejora el colesterol en sangre.