¿Cuándo fue la última vez que se detuvo a reflexionar sobre cuáles son las actividades que le hacen bien? ¿Y en esos momentos de la vida que le generan sensación de bienestar, plenitud y goce?
Claramente hay situaciones que influyen positivamente en el cuerpo y en el alma de todas las personas y otras que son más subjetivas, es decir, que le pueden resultar placenteras a algunos y a otras no. El estrés emocional generalmente ocurre en situaciones que se consideran difíciles o desafiantes.
Las personas se pueden sentir estresadas en diversas situaciones, como en el trabajo, por una pérdida, por una mudanza, etc. El estrés físico es una reacción física del cuerpo a diversos desencadenantes, como por ejemplo el dolor que se siente después de una cirugía. Este, a menudo lleva al estrés emocional y este último con frecuencia se presenta en la forma de estrés físico (por ejemplo, cólicos estomacales).
El manejo del estrés implica controlar y reducir la tensión que ocurre en situaciones de ansiedad, haciendo cambios tanto emocionales como físicos. La clave es invertir tiempo para cambiar su estilo de vida e incorporar a su rutina lo que le hace bien. No hay secretos, solo es cuestión de intentarlo y darle tanta importancia al bienestar como al trabajo y a las obligaciones del día a día.
Aquí encontrará estrategias para eliminarlo de su vida.
• La importancia del enfoque mental y emocional. Busque tranquilidad y relajación, ya que son partes fundamentales para conseguir la plenitud. Para esto puede intentar darse un baño de inmersión antes de salir a trabajar o al regresar a su hogar. Vea películas que le gusten e, incluso, pídale a su pareja que le haga un masaje reconfortante. Tómese por lo menos cinco minutos por día para meditar.
• Cuide su tiempo de sueño. Al dormir poco, el organismo funciona de una manera menos eficiente, lo cual provoca malestar y una sensación constante de agotamiento durante el día. Si le cuesta dormir, una buena solución al problema del sueño puede ser cambiar de cuarto o espacio. Además, recuerde no ingerir café, té o alcohol inmediatamente antes de acostarse. Para sentirse bien, se deben dormir entre siete y ocho horas en horario nocturno.
• Tómese y disfrute el tiempo libre. Muchas veces no se es consciente de lo que hay a su alrededor y deja de valorar las cosas que son realmente importantes. Así que de vez en cuando, busque tomarse un receso de sus actividades cotidianas y dedíquese a su familia, a sus amigos y hasta a usted mismo. Salir a pasear, disfrutar de un almuerzo familiar, tomar un café con amigos, realizar un picnic en el parque, leer un libro que lo atrape son algunas de las actividades que lo ayudarán a relajarse.
• Realice actividades recreativas. Dedicarle dos días a la semana a hacer por lo menos una actividad recreativa es una buena alternativa. • Aléjese de la computadora. Una investigación de la Universidad de Gotemburgo, Suecia, detalla que el uso de la computadora se asocia a grandes niveles de estrés. Cuando la utiliza, tome descansos frecuentes y olvídese de ella una hora antes de irse a dormir. Esta recomendación también le servirá para el celular y el televisor.
• Escuche música. La música calma al cerebro. Cuando ordena su casa, lava los platos e incluso cuando su trabajo lo permite, escuche música.
• Practique ejercicio. Hacer ejercicio va a ayudar a su cuerpo y a su mente más de lo que se imagina. No importa qué clase de ejercicio sea, desde trotar hasta caminar, o practicar pilates, yoga o algo más relajante. Cualquiera funciona para alejar el estrés y liberar endorfinas.