Todos quieren fama, pero no todos están dispuestos a pagar su precio. Y aquellos que la obtienen como consecuencia de su talento, tienen que lidiar todos los días con algo que se convierte en un “demonio”.
Tal es el caso de Tom Holland, joven actor que ocupó todos los reflectores con su interpretación de “Spider-Man”, uno de los superhéroes de Marvel Comics. La gran exposición que le dio este papel, además de traerle éxito y fortuna, le regaló una serie de efectos secundarios que afectaron exponencialmente su vida personal.
Holland ha experimentado episodios desagradables con su salud mental, de hecho recientemente en una entrevista que concedió para promocionar “The Crowded Room”, serie de Apple TV+, reconoció uno de los momentos más complicados de su vida.
“Recuerdo tener un pequeño colapso en mi casa y empezar a pensar: ‘Me afeito la cabeza. Necesito afeitarme para deshacerme de este personaje’. Estábamos en mitad del rodaje así que, obviamente, decidí no hacerlo…Nunca había experimentado algo parecido”, contó Holland.
En esta nueva historia, Tom da vida a “Danny Sullivan”, un joven arrestado por estar relacionado con un tiroteo. Este personaje retó al actor británico no sólo como histrión sino como persona, incluso lo llevó a reflexionar sobre la higiene mental, lo sacó de redes sociales por un tiempo y hasta dejó el alcohol, hecho que ha mejorado su calidad de vida.
"Aprender sobre salud mental y el poder de la misma, y hablar con psicólogos sobre los conflictos de Danny y Billy ha sido muy instructivo para mi vida. Espero que los espectadores de 'The Crowded Room' tengan más respeto y empatía por la gente que tiene problemas de salud mental. Espero que aprendan sobre el poder de la salud mental, sus complicaciones y nuestra increíble capacidad de supervivencia”.