La salud de la princesa Kate Middleton se ha convertido en un tema de gran interés a nivel mundial desde que se sometió a una cirugía abdominal en enero y no ha vuelto a aparecer en público desde entonces. El silencio prolongado de la corona británica ha generado una oleada de especulaciones y rumores en todos los rincones.
Después del reciente revuelo causado por una imagen manipulada de la princesa junto a sus hijos publicada en su cuenta de Instagram, otra controversia ha surgido. Según el periódico británico Daily Mirror, un miembro del personal del hospital London Clinic, donde Kate fue atendida después de su cirugía, intentó acceder a su historial médico.
Este acto ha sido considerado como un grave fallo de seguridad, generando preocupación dentro de la prestigiosa institución conocida por su tratamiento a la familia real británica. Una fuente interna de la London Clinic expresó al Mirror su inquietud por este incidente, señalando el potencial impacto negativo en la reputación del hospital.
En respuesta, la clínica ha iniciado una investigación interna, aunque no ha proporcionado detalles específicos al respecto. No obstante, han reafirmado su compromiso con la privacidad y confidencialidad de todos sus pacientes, sin importar su estatus social.
El palacio de Kensington, hogar de Guillermo y Kate Middleton, ha remitido el asunto a la gestión interna de la clínica. Vale la pena mencionar que la London Clinic ha sido la elección preferida de la familia real británica y figuras políticas durante décadas debido a su discreción y respeto por la privacidad.
Este incidente no es la primera vez que la intimidad de Kate Middleton se ve comprometida. En 2012, durante su ingreso en el hospital Eduardo VII de Londres debido a náuseas matutinas, una broma telefónica de una estación de radio australiana resultó en la revelación de su información médica, desencadenando un escándalo a nivel mundial y, lamentablemente, contribuyendo al trágico suicidio de una enfermera involucrada en la llamada.