La realeza británica no tiene un sólo protagonista, si esto fuera ficción sería una obra coral en donde cada uno de sus integrantes tiene su momento para brillar, y ahora toca el turno de una de las princesas de la familia real.
Hablamos de la princesa Charlotte, que con sus diversas apariciones en público ha creado un estilo propio que al parecer heredó del buen gusto de su madre Kate Middleton.
La menor de edad marca tendencia en el mundo de la moda con cada look que luce, uno de los más recientes en la final de Wimbledon: un vestido blanco de una firma española cuyo precio alcanza los 223 euros. Para acentuar su outfit portó un par de bailarinas blancas de Papouelli.
Los accesorios, aunque discretos, también son parte esencial de la princesa, que durante la final de tenis usó unas gafas de sol firmadas por Leoson, marca británica poco conocida, hasta entonces, ya que durante el encuentro deportivo el tráfico de la tienda online presentó un aumento de hasta 450%.
Así es como la princesa Charlotte se ha posicionado como un referente de estilo y buen gusto dentro de la familia real británica, que podría beneficiarse de la imagen de la pequeña, estimando ganancias de más de 3 mil millones de euros. No es poca cosa.