Recientemente el príncipe William y su esposa, Kate Middleton, en compañía de sus tres hijos se mudaron a su nueva residencia como príncipes de Gales, el inmueble conocido como Adelaide Cottage, es una pieza histórica de la arquitectura y aunque es pequeño encontraste a los palacios y castillos a los que están acostumbrados, esto no quita su belleza arquitectónica ni su valor histórico.
Sin embargo hay normas que deben seguir al pie de la letra como inquilinos de esta impecable residencia familiar, que consta sólo de cuatro habitaciones, apenas siendo suficientes para los tres hijos y la pareja.
Se dice que el espacio no ha sido un problema para los príncipes, pues a ellos les gusta que sus hijos y ellos tengan la mayor interacción posible cuando no están trabajando y un hogar pequeño facilita la comunicación, sin embargo en caso de que quisieran realizar alguna modificación al importante inmueble, tendrían mejor que cambiar de residencia, pues no tienen permitido hacer ninguna alteración modificación, ni remodelación al interior de la importante casa, ya que se encuentra protegida.
Aunado a esta norma, los príncipes tienen otras reglas que tanto ellos como su personal deben de seguir con mucho cuidado y esmero, tal es el caso de la principal norma impuesta porque hay que se refiere a las cero tolerancia de chismes. Se dice que en su casa no existe forma de qué algún empleado platique algún tema o rumor que puedas dictar a la monarquía, pues en la familia real no existe tolerancia para estos casos y de inmediato sean despedidos si son sorprendidos cuchicheando con otros.
Otra de las reglas que William y Kate siguen en casa es cambiar su ropa apenas cruzan la puerta, pues aseguran que no les gusta que la ropa impecable de la realeza llegue hasta su casa, por lo que tienen ropa especial para estar en casa y pasar el tiempo en familia y otra que es la que vemos en sus eventos públicos y diplomáticos