¡Todo está listo! Los ojos de Inglaterra están puestos en la Coronación del rey Carlos III, pues se trata de la primera ceremonia real en 70 años.
El solemne acto que se llevará a cabo este 6 de mayo en la icónica Abadía de Westminster, Reino Unido, en medio de rituales y mucho simbolismo, adaptados a la modernidad.
Es considerado como uno de los hechos históricos de los últimos tiempos en Europa, tras la última proclamación de la corona, cuando la difunta reina Isabel II ocupó el trono, en 1953.
Si bien, todo está listo para que el padre de los príncipes William y Harry asuma como nuevo rey de Inglaterra de la mano de Camilla, como reina consorte, un curioso detalle ha salido a la luz.
Y es que mucho se ha especulado sobre la especial corona de diamantes que portará la esposa del monarca, de 75 años, portará en el gran día.
“La pieza actual tiene 2.200 brillantes pero la Casa Real ha comunicado que será "renovada con los diamantes Cullinan III, IV y V", estos diamantes pertenecían a la colección personal de la difunta monarca que solía usarlos como broches”, refirió el sitio Lecturas.
La futura reina habría elegido una corona que usó previamente la Reina María de Teck, bisabuela de Carlos. Pero ¿qué hay detrás de la valiosa pieza?
Una de las joyas más míticas de la realeza británica tendrá dueño nuevamente, sin embargo, la piedra preciosa esconde una misteriosa historia.
¿Qué dice la leyenda del diamante Koh-I-Noor?
Se decía que cualquier persona que portara el diamante experimentaría una gran desgracia, debido al derramamiento de sangre que hay detrás de ella.
Es así que Camilla Parker Bowles sería la primera monarca en reutilizar una corona, que además será en honor a su suegra, Isabel II, pero con algunas modificaciones.
Minutos después de que el rey Carlos III sea coronado con la Corona de San Eduardo, su esposa recibirá la 'Corona de la Reina Madre', la cual tiene un histórico diamante: el Koh-i-noor, o Montaña de Luz.
Se dice que la piedra preciosa está maldita, razón por lo que solo la llevan las mujeres de la realeza, y no los hombres, pues se difundieron rumores de que la famosa gema estaba maldita para ellos.
La pieza de 105,6 quilates lleva consigo una sangrienta historia colonial del Imperio Británico que la habría adquirido durante los saqueos a sus entonces colonias, por lo que está sujeta a reclamos de propiedad de algunos países, entre ellos la India, Pakistán, Irán y Afganistán.
Ante la Coronación de Carlos III junto a su esposa Camilla, el preciado diamante ha vuelto al ojo público.
En medio de las sorpresas, se habla de una corona con un toque enfocado al medio ambiente y la sostenibilidad, sería la primera vez en la historia que no se mandará a hacer una nueva corona para la reina.