Aunque la aprobación del rey Carlos III fue muy buena en sus primeros días como monarca de Inglaterra, pese a los recortes de personal y los presuntos desplantes que comete de forma cotidiana, esta acabo de disminuir luego de una importante decisión que acaba de tomar respecto a los queridos caballos pura sangre de la fallecida reina Isabel II.
En busca de recortar gastos y llevar una monarquía menos ostentosa, el rey hará una subasta de caballos. La crítica está en que dos días antes de morir, la reina Isabel II vivió una de sus últimas alegrías gracias a la victoria de Love Affair en las carreras de Goodwood.
Ahora, el rey Carlos III planea vender ese y otros once de los caballos de carreras más preciados de su madre. Según adelante este fin de semana el Daily Mail, el nuevo monarca va a desprenderse de cerca de un tercio de los 37 caballos de carreras que ha heredado de Isabel II subastándolos en Tattersalls, una de las casas de subastas equinas más importantes del mundo.
Según fuentes de los establos reales, la idea de Carlos III es seguir disminuyendo su número de caballos a lo largo de los tres próximos años hasta cesar la cría de estos animales a escala comercial. “La cuadra real podría ser un museo en tres años”, recoge Daily Mail.
Fuentes de la casa real han confirmado al periódico ese deseo del rey Carlos III de reducir el número de caballos de la familia real, aunque al mismo tiempo aseguran que en su reinado la conexión entre la familia real y el mundo de las carreras continuará. “El deseo es continuar con las tradiciones y conexiones con el Royal Ascot, pero no a la misma escala que la reina Isabel II”.
Un informante del Royal Sandringham, en Norfolk, comentó al medio británico que “el plan es terminar con la operación de cría de caballos en un plazo de tres años, hasta que deje de ser una operación comercial”. Agregó que: “El Royal Stallion (establo real) podría ser un museo en tres años. Sería una verdadera vergüenza, esto era realmente importante para la reina y que apreciaba realmente”.