Una de las parejas preferidas por el público fue la que conformaron por muy poco tiempo, Emilia Clarke y Jason Momoa en la serie de HBO Game of Thrones, donde ambos interpretaron a Daenerys Targaryen y Kahl Drogo, respectivamente.
La ficción medieval se caracterizó por su alto contenido explícito de violencia y sexo. Por aquel tiempo, 2011, la actriz tenía 23 años y era una recién egresada de la escuela de teatro, por lo que GOT fue su debut en pantalla.
La estadounidense de 36 años, recuerda con un poco de amargura que debido a su inexperiencia, cuando debía rodar escenas íntimas con el hawaiano, rompía en llanto por la pena que sentía por estar desnuda enfrente del staff así como la violencia sexual guionizada que requería la historia en algunos episodios de su personaje.
“Recién salí de la escuela de arte dramático y lo enfoqué como un trabajo: si está en el guion, entonces es claramente necesario. Lloraba, pero me llené de valor y continué con mi trabajo”, aseguró en declaraciones recogidas por Daily Mail. “Estaba aterrorizada y no sabía qué hacer. Nunca antes había estado en un set de filmación y tuve que desnudarme frente a toda esa gente”.
Sin embargo esta situación le fue más llevadera gracias a su compañero Momoa, pues la intérprete destacó que en todo momento, él intentó que se sintiera cómoda delante y detrás de la cámaras.
“Él estaba llorando más que yo. Solo ahora me doy cuenta de lo afortunada que fui con eso, porque podría haber ido de muchas, muchas, muchas maneras diferentes. Siempre decía: ‘¿Podemos conseguir su bata? ¡Está temblando!’ Fue tan amable y considerado y se preocupó por mí como ser humano”, concluyó Emilia quien aún mantiene una linda amistad con Jason Momoa pese a que ya pasaron varios años.