León Larregui es uno de los personajes más polémicos del rock nacional, pero eso no resta importancia al talento musical que posee, algo que ha demostrado tanto en Zoé como en su faceta como solista.
Con una personalidad única, León ha creado un estilo propio, un sello muy particular bajo el que ahora publica su esperado tercer álbum en solitario: “Prismarama”.
Se trata de un disco hecho prácticamente en su totalidad por el propio Larregui, en un despliegue más de sus habilidades musicales.
“Fue un reto completamente nuevo que no hubiera sido posible sin la ayuda de mi pareja. Marga me ha acompañado en el proceso de varios discos y siempre me decía que notaba cómo cambiaba mi sonido cuando pasaban por las manos de alguien más, así que me sugirió que esta vez me encargara de todo”, apunta.
El proceso creativo fue arduo y él mismo lo describe: “Comencé la aventura tratando de que mis demos terminaran como canciones del álbum, sin que nadie hiciera arreglos o las quisiera reinterpretar. Tachado ese punto en la lista, llamé a mis amigos productores para que me dijeran qué pensaban: necesitaba su opinión para impulsarme o destruirme. Por fortuna, su crítica fue positiva y seguí el proceso, cuyo resultado es el disco más íntimo de mi carrera”.
La placa más reciente del cantautor es un viaje sonoro a través de diversos paisajes melódicos que lo hace diferente de sus demás obras:
“Este disco es diferente a los demás por la forma en que construí las canciones. Me encargué de tocar todos los instrumentos y hacer los arreglos. Después llegaron un puñado de grandes músicos, quienes le dieron un groove particular a cada track. Ha sido un viaje hermoso, pues por primera vez conseguí que las canciones sonaran exactamente igual a como las tenía en mente”.
El disco tiene muchos aspectos, es ahí donde reside el génesis de su título: “Es un concepto donde yo me asumo justo como un prisma y las emociones son los colores que se desprenden de mí, pero terminan reflejando lo que hay dentro”.