Al pensar en dejar de fumar siempre aparece la amenaza de subir de peso durante el proceso. Sin embargo, es posible abandonar el tabaco y mantenerse en forma. Puede producirse un aumento del consumo calórico cuando, para calmar la ansiedad, se sustituyen los cigarrillos por galletitas, chocolates, snacks, etc. Además, al recuperar el gusto y el olfato, pueden aparecer más ganas de comer.
Cuando uno fuma, el organismo consume calorías para eliminar los tóxicos del tabaco, razón por la cual se reduce el gasto energético al evitar dicho vicio.
La solución es comer racionalmente, evitando ingerir grasos e hidratos de carbono. Los chicles y caramelos sin azúcar son una gran opción para calmar la ansiedad. Recuerde que nada es mejor que el consumo de frutas, verduras y abundante cantidad de agua para limpiar el organismo.
Lo que nunca debe abandonar es el ejercicio físico. Puede empezar con actividades moderadas, como bicicleta o caminata, ya que hay que darle tiempo a su sistema cardiovascular para que se recupere. Empiece con 10 minutos por día y vaya aumentando progresivamente.
Con una dieta balanceada y ejercicio físico es más que posible dejar de fumar y mantenerse en forma. ¿Qué está esperando para hacerlo?