Además de refrescar nuestras bebidas como una malteada, un refresco o soda, o bien agua simple, el hielo tiene otras posibilidades que benefician a toda nuestra piel, la cual es el órgano más grande del ser humano.
Lo mejor de todo, es que el hielo no resulta difícil de conseguir ni tampoco es costoso, por lo que te recomiendo que corras hacia tu congelador o nevera para que empieces a incluirlo en tu rutina de skincare.
El hielo se ha convertido en una técnica llamada Face Icing, la cual se practica después de tener nuestra cara bien lavada, solo con un cubito de buen tamaño puedes tratar el envejecimiento, reducir el acné y las ojeras.
¿Cómo aplicar el hielo en tu rostro?
Una vez que tu cara esté limpia, aplica un hidratante y luego coloca unos cubitos de hielo envueltos en una toalla o tela, pues el contacto directo podría quemarte. Haz movimientos circulares haciendo un poco de presión en cada parte como mejillas, frente, ojeras, nariz, mentón y si gustas el cuello. Realiza el procedimiento dos veces al día.
La clave de este método es la temperatura fría y el hielo aporta otros beneficios como la hidratación, sin embargo puedes crear tus propios cubos de otros productos como té verde o aloe vera. Una vez que termines con el Face Icing, puedes continuar con tu rutina habitual, ya sea aplicando tu crema favorita y algún suero.
Otra recomendación es que antes de frotar hielo en tu cara, es importante que previamente no te hayas expuesto al sol para evitar la sensación de irritación.
¿Qué beneficios obtendrás?
Según explica el portal especializado en dermatología Eternia Derma Center, “el hielo estimula la circulación sanguínea, destensa los músculos faciales, reduce la hinchazón, revitaliza y tonifica la piel”. Más específico, este estado del agua te beneficia por:
- Activar la circulación
- Reducir las ojeras
- Disminuir la hinchazón facial y debajo de los ojos
- Cerrar los poros
- Atenuar signos del envejecimiento
- Combatir el acné
- Aliviar la piel irritada