Sus atractivos colores y formas atraen a niños y mayores, que se dejan arrastrar por la variedad de sabores que deleitan sus paladares. Pero lo que muchos no saben es que estos dulces tan adictivos apenas aportan nutrientes y sí excesivas calorías. El exceso de calorías, ya sea en forma de grasas como de hidratos de carbono, van a formar parte del tejido graso del organismo acompañado por un aumento de peso.
Las golosinas, por lo general, solamente aportan calorías, y aunque existen productos “diet” o “light”,se debe manejar con precaución limitando su consumo en frecuencia y cantidad.
Las golosinas y dulces (incluyendo algunos dietéticos) tienen sacarosa o azúcar de mesa. El azúcar aporta calorías vacías, es
decir, sin ninguna vitamina ni mineral y a su vez es formador de caries. Una persona sana con un peso normal puede consumirlas
pero el punto es respetar una medida, comer en forma moderada y eventualmente.
El exceso de estos productos con alta concentración de hidratos de carbono (azúcares) puede provocar también caries, pérdida del apetito, diarrea y gases.
Cómo limitarlas
No se deben prohibir las golosinas ya que se sentirán más atraídos hacia ellas, sí hay que ponerse muy estrictos a la hora de
su consentimiento. Una buena acción, es limitar la cantidad y frecuencia de consumo.
Es aconsejable no tener golosinas en la casa, ni ofrecerle al niño, ni tampoco premiar a los chicos con caramelos, chocolates, alfajores y chicles, ya que no sólo contienen gran cantidad de azúcar y grasas, sino que también poseen colorantes, tanto naturales como artificiales.
Es preferible el consumo de chicles y caramelos dietéticos ya que no tienen azúcar y la cantidad de calorías que poseen es mínima. Muchas veces estos productos son útiles cuando una persona está realizando un plan alimentario para bajar de peso ya que pueden calmar la ansiedad y sacar las ganas de consumir algo dulce pero siempre el consumo deberá ser moderado y no excesivo.
Reducir las porciones
Los límites a la hora de enfrentarse a la comida se han perdido y es común que las personas no tengan en claro el tamaño
de las porciones adecuadas. Algunos ejemplos de porciones que debe consumir una familia tipo, compuesta por padres y
2 niños que se encuentran con un peso normal:
• Helado: ¾ kg.
• Pizza: 1 grande.
• Empanadas: 3 unidades los padres y 2 unidades los chicos.
• Facturas: 2 unidades para cada uno.
• Gaseosas con azúcar: evitar su consumo.
• Milanesas: 2 unidades chicas o 1 unidad mediana por persona.
• Pochoclo: 1 vaso mediano para los cuatro.
Estos alimentos se recomiendan consumir en forma moderada y ocasionalmente, hay que evitar la ingesta excesiva y diaria. Cuando los chicos tienen sobrepeso u obesidad, o se han acostumbrado a comer porciones grandes, o repiten platos, es importante tener en cuenta que el niño necesita un orden en sus comidas.
Es indispensable que respete el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena más 1 colación ó 2 de acuerdo a cada persona y al tipo de actividad que realice. Es frecuente que salteen la primera comida del día, el desayuno, éste es de suma importancia ya que les aportará la energía necesaria para comenzar el día, además de las vitaminas y minerales que se requieren en esta etapa fisiológica.