SALUD MENTAL

Entre el miedo y la desesperación: descifrando los ataques de pánico

Hay quienes sienten vergüenza y no cuentan lo que les sucede, no entienden lo que les pasa, no encuentran las palabras para explicarlo.

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Escrito en MODA Y BELLEZA el

Imagine por un momento que está con su pareja. Es una noche perfecta. La temperatura ideal y la música que se escucha es muy romántica. Están conversando alegremente, la comida es exquisita, la situación no podría ser mejor. Cuando de repente se escucha un grito aterrador, “desalojen rápida y ordenadamente, existe una amenaza de bomba.” En ese mismo momento usted siente que alguien la empuja para salir del lugar. Está paralizado del miedo, el corazón late tan rápido que hasta puede escucharlo, le cuesta recuperar el aliento y comienza a marearse, se siente débil, cree, que en ese momento, podría realmente morir. Su instinto le dice que debe salir corriendo, pero no puede, la desesperación lo invade. 

Esta es la experiencia de aquellos que sufren de ataques de pánico. Imagínese estar pasando por una emoción de pánico
aterradora, darse cuenta al mismo tiempo que no hay nada externo que la provoque y sentirse tan perplejo y devastado por
la situación que ni puede hablar de ella. 

El trastorno de pánico es una enfermedad de la ansiedad caracterizada por la aparición de ciertos síntomas que producen
un malestar significativo y una desregulación emocional que trae como consecuencia conductas de evitación.
Estas conductas llevan a la persona a no enfrentar todas aquellas situaciones en las que podría aparecer la crisis.

Cuantos más pensamientos catastróficos, como la idea de muerte inminente o el temor a enloquecer, a perder el control o a tener alguna enfermedad grave, más se padece porque se retroalimenta el circuito del miedo. Estos pensamientos activan el sistema de alarma. Es lo que se denomina “miedo al miedo.”

¿Cuál es el tratamiento y el momento adecuado para consultar?
La terapia cognitiva conductual junto con la farmacoterapia son los tratamientos de elección para el tratamiento de este trastorno.
Si el cuadro es severo por la intensidad y frecuencia de las crisis el tratamiento farmacológico es imprescindible. Por eso es
muy importante bloquear las crisis lo antes posible, ya que las mismas mantienen y alimentan el pánico reforzando, como dijimos
antes, el círculo vicioso característico de estos trastornos. Las técnicas que se instrumentan desde el comienzo del tratamiento
y la medicación ayudan a que el paciente se sienta más en control de la situación, sin el temor a estar a merced de los síntomas. Las crisis de pánico no desaparecen solas.

¿Qué factores pueden facilitar que se desencadene una crisis de pánico?
• El consumo excesivo de alcohol y drogas.
• El consumo de pastillas para adelgazar.
• Consumo excesivo de café y bebidas cola.
• Consumo de tabaco.
• Situaciones de vida muy estresantes