Si bien todo lo que Michael Jackson hacía lo convertía en un punto de atención y popularidad, sin duda algo que jamás pudieron superar fue su gran relación con Bubbles, un chimpancé que adoptó como mascota y del que nunca se separaba, pero ¿qué fue de su vida?
Tras la muerte del Rey del Pop poco se supo del exótico ejemplar, aunque la realidad es que él la ha pasado muy bien, pues se encuentra en el Centro para Grandes Simios en Wauchula, Florida.
A sus 40 años de edad, el icónico chimpancé está muy bien cuidado y han salido varias imágenes de cómo luce en el santuario en el que se encuentra.
“Es enorme y divertido, pero con una personalidad dulce. Bubbles sirve como el alfa de su grupo en el santuario”, indican.
Se dice que la familia Jackson sigue muy pendiente de él, lo visitan, además de que cubren todos sus gastos, unos 25 mil dólares anuales. ¡Increíble!