La creación de huerto urbano, familiar o casero no es un fenómeno nuevo: sus orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XIX y registraron un crecimiento notable durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, durante las pasadas dos décadas se ha convertido en una tendencia en virtud de la conciencia ecologista que ha permeado al mundo en los últimos tiempos.
Muchas son las razones que podrían enumerarse para iniciar con la creación de un huerto casero y van desde establecer contacto con la naturaleza, cultivar nuestros propios alimentos, reducir consecuentemente gastos y establecer la práctica de una actividad relajante, etcétera.
Aunque parecería que la instalación de un huerto en casa requiere de por lo menos un jardín de dimensiones medianas, esto no necesariamente es así: una terraza o un patio pequeño también puede servir para tal efecto.
Huerto de suelo
Es el más tradicional y, como su nombre lo indica, se instala en el suelo del jardín, la terraza o hasta un ático o habitación bien iluminada. Dada sus características suelen ser grandes contenedores de madera que albergan hortalizas
Huerto urbano vertical
En lo referente a los espacios exteriores pequeños la mejor opción es un huerto urbano vertical. Estos suelen instalarse en las paredes en cajones modulares de distintos materiales, y por sus características son muy funcionales para el cultivo de frutos de poco volumen como las fresas o cualquier otro tipo de bayas, así como hierbas aromáticas.
Mesa de cultivo
Finalmente, se tiene la alternativa de una mesa de cultivo, que no es otra cosa más que un cajón con suficiente profundidad para albergar tanto a los cultivos como a la tierra que los contiene.