Hernán Mendoza es uno de los actores más queridos por el público mexicano, y es ahora que se abre como nunca para contar su historia de éxito con su gran pérdida de peso.
Fue en entrevista para TVNotas donde el protagonista de Marea de pasiones contó que por muchos años sufrió por su peso, llegó a pesar hasta 150 kilos, lo que puso su salud en riesgo.
“Pesaba 150 kilos y me estaba muriendo. Llegué a tomar diez pastillas diarias para sobrevivir, porque las necesitaba. Mi doctor me dijo ‘te vas a morir’, y la única solución era que me operaran”, destacó.
Y es que es verdad que intentó de muchas maneras bajar de peso, desde dietas hasta tratamientos extremos, pero nunca funcionó, así que sin pensarlo más recurrió a la cirugía de Bypass.
“Me propusieron hacer un bypass gástrico. Yo no quería porque sentía que me iba a chupar y amarrarme a tomar pastillitas el resto de mi vida. El doctor me dijo que, si solo se cortaba un cacho de estómago, lo lograríamos. Así fue”, relató.
Dijo que fue en 2020 cuando se sometió a este tratamiento, pues se estaba “muriendo” luego de que le diera “un micro infarto y todo el tiempo tenía taquicardia. Me la vivía dopado por las medicinas”.
Se dio cuenta que con el bypass su vida cambió, fue más fácil comer saludable y hacer ejercicio, lo que le permitió llegar a su peso ideal para su altura.
“No lo hice por estética, lo hice por salud. Quiero dejar en claro que estos procedimientos se deben tomar con responsabilidad y con alguien que sepa lo que está haciendo. Ahorita peso 90 kilos, y mido 1.85. Se podría decir que ya estoy en mi peso”, remarcó.
Algo que también Hernán Mendoza quiso destacar es que fueron sus problemas mentales los que lo llevaron a una situación de sobrepeso.
“Ocultaba mis miedos y mis inseguridades en la comida. Mi autoestima estaba por los suelos y luchaba por estar bien. Caía en una depresión y círculo vicioso. Sufría con la ropa porque nada me quedaba. Me sentía mal y comía una pizza completa. Muchos años confundí la comida con un apapacho”, describió.
De esta manera su pérdida de peso la ha acompañado con terapia psicológica, pues no ha sido fácil acostumbrarse a su nuevo cuerpo sin temer en lo pasado.
“Llevé terapia psicológica para entender a mi cuerpo. Ahorita estoy bien y me siento bien. Debo reconocer que tener ese cuerpo era un arma de doble filo porque siempre tuve trabajo. Jamás me faltó porque tenía el prototipo de ciertos personajes. Sin embargo, no toda la vida quería hacer al matón, al mujeriego y todos esos papeles que encarné…Agradezco que me den oportunidades, porque me gusta trabajar y es a lo único que me dedico”, puntualizó.