Existe una gran pérdida para el medio artístico de México con la reciente muerte de la primera actriz Helena Rojo, quien sin duda deja una huella imborrable en el cine, teatro y televisión, sobre todo por sus actuaciones magistrales en los melodramas en Televisa.

Una de las grandes características de la artista fallecida a los 79 años era la discreción y hermetismo, pues su enfermedad de cáncer de hígado la mantuvo en silencio hasta el final de sus días, pero no solo eso, sino que era una celebridad cuya vida personal también la llevó al márgen del ojo público.

 

Sus matrimonios

 

Hasta el presente es un misterio la identidad del primer esposo de la intérprete de “Luciana Duval” en “El Privilegio de Amar”, sin embargo esta unión no pasaría desapercibida en la vida de Helena, pues con dicho hombre procreó a sus tres hijos Elena, Leo y Patricia a quienes erróneamente se les considera descendientes del otro actor Juan Ferrara, segundo esposo de la estrella de televisión.

 

En 1976, Helena Rojo y Juan se casaron de manera muy discreta tras convivir en los sets de filmación, no obstante su relación de pareja la mantuvieron en silencio y nunca hubo hijos de por medio.

 

Los actores estuvieron casados por 11 años y se divorciaron en 1987, las razones de su decisión, como era de esperarse, jamás las sacaron a la luz pública aunque durante su unión, alguna vez rompieron el silencio sobre cómo compartían su tiempo en el escenario y en su casa, pues ellos estaban abiertos únicamente trabajar juntos en el teatro así que evitaban coincidir en algún otro proyecto ya sea de cine o televisión.

 

“Hacemos teatro juntos... En televisión tiene que decidir el productor que hagamos una telenovela y en esta ocasión, en teatro -obra Una dulce pesadilla -Nosotros somos los que decidimos”, comentaron en su momento.

 

Los rumores de una ruptura problemática se acrecentaron cuando trascendió la noticia del elenco que participaría en la icónica telenovela de 1998 “El Privilegio de Amar” bajo la producción de Carla Estrada y con los protagónicos de Adela Noriega y René Strickler, en ese momento, la productora estaba interesada en que Rojo y Ferrara fueran los coprotagonistas, sin embargo la actriz se habría negado a que su ex esposo diera vida a “Juan de la Cruz” y amenazó con abandonar el proyecto, fue así que el cubano César Évora entró al rescate.

Después de algunos años, Rojo se abrió un poco más sobre el tema y explicó sus razones para ser tan hermética en cuanto a su vida marital con Juan Ferrara quien hasta el momento no se ha pronunciado por el fallecimiento de su ex esposa.

 

“Yo evito hablar de esa relación porque me costó mucho trabajo deshacer la imagen que teníamos de pareja, tuve que reiniciar mi carrera cuando me divorcié. Juan siempre se portó muy bien con mis hijos y es a ellos a quien tengo que agradecer muchísimo, porque fueron un apoyo impresionante en los momentos en que me sentía como perro sin mecate. A Ofelia Guilmain, su madre, la mejor artista que yo he conocido dentro y fuera del escenario, la llegué a querer como a una madre, pero para mí cuando algo se acaba, cierro la puerta, le echo llave y tiro la llave a la basura”, le contó la actriz a la periodista Angélica Sánchez Vilchis a principios de la década del 2000.