Algunos pueden quejarse de los infortunios que la vida puede dar, pero sin duda la historia de Paul Alexander supera a muchas, simplemente por ser considerado el "hombre máquina".
Y es que fue a sus seis años cuando el originario de Dallas fue diagnosticado con poliomielitis, tan sólo unos días después ya no podía sostener un lápiz, hablar, tragar o toser: quedó paralizado.
"Lo perdí todo: la capacidad de moverme, mis piernas no me sostenían y luego no podía respirar", indicaba en una reciente entrevista.
Ante esta situación y para las soluciones de la medicina en esos momentos fue el usar un pulmón de acero, muy común antes de la existencia de las vacunas, el mismo que ahora se asegura sólo él y una persona más en el mundo lo siguen utilizando.
Su vida obviamente cambió, pero no como nos lo imaginamos, todo lo contrario, se graduó en 1984 con un Doctorado en Derecho de la Universidad de Texas en Austin, siendo un gran abogado por mucho tiempo.
"No dejar que la polio me derrotara, sino yo derrotar a la polio. Por eso siempre quise lograr las cosas que me decían que no podía lograr y alcanzar los sueños que soñaba...Nunca me he rendido y no lo voy a hacer", declaró.
Para el 2020 publicó su libro Three Minutes for a Dog: My Life in an Iron Lung (Tres minutos para un perro: mi vida en un pulmón de acero), el cual escribió con un bolígrafo en su boca, tardando 5 años en hacerlo.
"Mi historia es un ejemplo de por qué tu pasado o incluso tu discapacidad no tiene por qué definir tu futuro...No importa de dónde seas o cuál sea tu pasado, o los retos a los que te puedas enfrentar. Realmente puedes hacer cualquier cosa. Solo tienes que proponértelo y trabajar duro", puntualizó.