La carrera de Dani Alves, considerado uno de los jugadores más talentosos de los últimos años, acabó de la noche a la mañana luego de que una joven lo denunciara por abuso sexual.
Desde hace poco más de un año, el ex futbolista de Pumas pasa sus días privado de libertad en una prisión, situación que ha deteriorado su salud mental, al grado de encender las alarmas por un posible suicidio.
La cárcel en la que se encuentra preso Alves ha iniciado un protocolo para evitar que el brasileño se quite la vida.
Coutinho, ex compañero de celda de Dani, explicó: “A raíz del juicio, le ha pegado el bajón. Está deprimido, cabizbajo; los educadores y funcionarios le están arropando. Se activaron los protocolos de emergencias por miedo a que se cortara o que intentara hacer alguna locura. Estuvo el día después del juicio con ese protocolo”.
Las medidas que las autoridades de la prisión pusieron en marcha incluyen vigilancia constante, control de acceso a objetos peligrosos y restricción de la movilidad. Asimismo, el futbolista recibirá terapia individual y grupal, así como actividades de ocio.