Un iPhone desafió las leyes de la gravedad al caer desde una altura de 4.878 metros (16.000 pies) durante un vuelo de Alaska Airlines. El incidente ocurrió cuando la puerta de emergencia del avión, un Boeing 737 Max 9, se abrió tras el despegue. Seanathan Bates, residente de Barnes Road cerca de la autopista 217 en Portland, Oregon, descubrió el dispositivo en el césped. Sorprendentemente, el iPhone estaba encendido, con la mitad de la batería y en modo avión, sin presentar ningún rasguño evidente.
Bates se puso en contacto con la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), quienes confirmaron que era "el segundo teléfono que se encontraba" en esta situación, según publicó en sus redes sociales. En una imagen compartida en la red social X (visible aquí: https://goo.su/00Ub2), la pantalla del iPhone mostraba algunas gotas de agua y un recibo de 70 dólares por el equipaje facturado en el vuelo 1282. Este asombroso hallazgo proporciona una oportunidad para examinar las características y componentes que los fabricantes de teléfonos utilizan para resistir caídas, incluso desde alturas tan extremas como la del iPhone de Alaska Airlines.
El teléfono logró mantener su funcionalidad gracias a la resistencia al aire y la caída sobre el césped, combinadas con los componentes estándar presentes en todos los dispositivos. Alejandro Casas, jefe de tecnología y dispositivos de ewine.cl, explicó que los fabricantes emplean principalmente diez materiales, con el aluminio, el cobre y el plástico como los más frecuentes. Estos materiales representan aproximadamente la mitad del peso del teléfono, siendo el aluminio especialmente eficaz para proteger contra caídas debido a su resistencia y capacidad para absorber impactos.
Casas también destacó las técnicas actuales de los fabricantes para mejorar la resistencia al agua y al polvo, utilizando un nivel IP (protocolo) que varía de 0 a 9, siendo 0 sin protección y 9 el nivel máximo. En el caso de los teléfonos, es común encontrar niveles 6 y 7, capaces de resistir inmersiones completas hasta 1 metro de profundidad.
Iván Llanos, académico de la Escuela de Ciberseguridad de UDLA, mencionó que la protección de la pantalla se logra mediante tecnologías como Gorilla Glass de Samsung o CeramicShield de Apple. Además, señaló otros casos de teléfonos que se han caído desde aviones, incluyendo el de un director brasileño que encontró su dispositivo en la playa al día siguiente con solo unos arañazos.
Antes de caer, el iPhone enfrentó el desafío de las bajas temperaturas, ya que a partir de los 12 mil pies pueden descender hasta -50 grados Celsius. Los celulares están diseñados para operar en un rango de temperatura de 0 a 35 grados Celsius, y a temperaturas inferiores a -4 grados Celsius, la respuesta de las pantallas táctiles puede disminuir. A temperaturas por debajo de -50 grados Celsius, es probable que un teléfono deje de funcionar correctamente, ya que la batería se ve afectada y la pantalla prácticamente no responde, advierte Alejandro Casas.
Any Urrutia Villalobos, directora del Departamento de Ciencias Físicas de la Universidad Andrés Bello, explicó que la velocidad experimentada por el iPhone al caer desde esa altura podría alcanzar aproximadamente unos 16 m/s (58 km/h), dependiendo de su tamaño y la forma en la que cae. Cualquier objeto que caiga desde esa altura experimenta una velocidad límite, similar al caso de las gotas de agua durante la lluvia.