Anitta es la artista brasileña más importante de la industria musical y para demostrarlo presenta “Funk Generation: A Favela Love Story”, con el que la intérprete retoma sus orígenes como cantante de funk carioca para llevar a todo el mundo este ritmo tan peculiar.
Para dar a conocer su nuevo material discográfico, la intérprete de “Envolver” se reunió con medios de comunicación en la CDMX, donde no solo dio detalles del álbum, sino que confesó que su vida cambió a partir de los problemas de salud que la enfrentaron con la muerte:
“El año pasado me puse muy enferma, no descubrían lo que tenía, estuve en el hospital por cinco meses, dejé de trabajar, no pude aprovechar el crecimiento que me dio ‘Envolver’ porque me enfermé mucho”.
Anitta recordó que luego de terminar con su gira europea, fue directo al hospital, donde todo el tiempo escuchaba que iba a morir: “Yo decía: ‘Dios mío, no quiero morir y dejar mi proyecto de ensueño ahí”.
Durante su estancia en el hospital comenzó a escribir los temas de su nuevo álbum y al mismo tiempo trabajada de la mano de su equipo en los preparativos.
Pero su salud no mejoraba y los médicos decían que habían altas probabilidades de que tuviera cáncer: No mejoraba, no sabían lo que tenía”.
“Empecé a buscar curanderos, personas, autoconocimiento, medicina natural, empecé a buscar una razón, el cuerpo habla y fui a buscar las respuestas. Pasé el mes conociéndome, haciendo procesos espirituales, constelaciones familiares, chaman, cuando volví al hospital un mes después e hice la prueba ya no tenía el indicativo de cáncer, ya estaba mejorando”, indicó Anitta.
Ese momento fue catártico para la cantante, quien salió del hospital para dedicarse de lleno a la música:
“Alquilé una isla privada en Brasil y de un lado estaban los doctores, gasté una plata que no se imaginan, y del otro lado monté un estudio, todos los días grababa una canción porque sino me cansaba demasiado y seguía mi tratamiento, mi mamá estaba, una consteladora familiar, un cartomante, una terapeuta”.