Hugh Hefner sin duda fue uno de los personajes más polémicos del medio, su muerte sin duda impactó a muchos, y es que fue de la única forma en la que las llamadas "conejitas" de Playboy se animaron a hablar de los complejos y ciertos gustos que tenía, como recientemente lo ha hecho quien fuera su última esposa, Crystal Hefner.
En entrevista para el Daily Mail, la viuda del magnate contó cómo sus adicciones sexu*les le habían ocasionado graves problemas de salud, entre estos el consumo de viagra, era tanto que le provocó una aguda sordera.
"Hef siempre dijo que preferiría quedarse sordo a no tener relaciones sex*ales", destacó.
Además contó que todas las semanas desde que se casaron, ella tenía que participar en actividades íntimas grupales junto a él, a sus 21 años y a sus 80 de él, debía estar al margen de lo que acostumbraba.
"Era embarazoso. No sé cuántas personas habrían estado en nuestra habitación al mismo tiempo, pero muchas. No creo que nadie quisiera estar allí en ese momento. En la mente de Hef todavía pensaba que tenía 40 años, y esas noches, con toda la gente en la mansión, solidificaron esa idea. Sentía que todavía podía", relató.
La modelo que acaba de sacar su reciente libro Only Say Good Things: Surviving Playboy and Finding Myself (Sólo digo cosas buenas: sobreviviendo a Playboy para encontrarme a mí misma), aseguró que en ese entonces no lograba darse cuenta del daño que le hacía estar en una relación así.
"La parte más difícil de intentar tener una relación con Hef fue que lo juzgaron mucho. Con razón. Todo lo que puedo decir es que si vienes de una infancia feliz, perfecta y amorosa, normalmente no terminas con alguien que ya tenía 60 años cuando naciste...Había una parte de mí que siempre pensó que si esto fuera amor verdadero, no habría otras mujeres en el dormitorio. Me reconcilié intentando creer que Hef me amaba lo mejor que podía", indicó.
FInalmente también tocó el tema de su forma de verse, en donde las cirugías y los implantes fueron un problema, pues quería complacer a Hugh Hefner en todos sentidos: "Parecía una muñeca sex*al inflable de China".
Estas declaraciones se unen a las de antiguas conejitas de Playboy que han narrado como las fiestas desenfrenadas y los polémicos gustos del magnate las llevaron a vivir desagradables experiencias.