Sofía Castro se está consolidando como una de las actrices más importantes del momento gracias a su gran talento, sin embargo no todo el tiempo fue aceptada por el público, y esto por una decisión que no estuvo en sus manos: el matrimonio de su mamá Angélica Rivera y el ex presidente Enrique Peña Nieto.
Fue en entrevista con Yordi Rosado donde la hija mayor de la icónica Gaviota y el productor José Alberto Güero Castro, habló sobre lo difícil que fue esta etapa en su vida por las constantes críticas y ataques de la gente.
"Te puedo hablar por mí, es algo que no puedo esconder, fue una etapa importante en mi vida. La verdad es que nadie sabe qué es lo que te espera. Por favor, nadie te explica lo que significa ser parte de la familia presidencial…Fue un shock de decir 'es el presidente, mi mamá es primera dama'", destacó.
Aseguró que ambos, sumado su padre, hablaron con ella y sus hermanas para explicarles que sería difícil y que tenían que ser muy responsables con sus actos.
"Nos cambiamos de casa y mi papá, mi mamá, Enrique, hablaron con nosotros sobre que era una responsabilidad muy grande. Mi papá fue una gran pieza, un gran apoyo. Nos dijeron lo que implicaba, lo que se tenía que ser, que era una posición de mucha responsabilidad, prudencia. Y que nos cuidáramos de la gente que se nos iba a acercar", relató.
Pero la situación fue más que complicada cuando las críticas no pararon, así como los insultos que cada día recibían, sobre todo ella por su físico.
"Siempre hicimos lo mejor que pudimos, aguantamos vara, porque la gente fue fea, me dijeron cosas en redes sociales bien feas, que ojalá me muriera... Me costó mi autoestima, que me cerraran tantas puertas. Sí hubieron oportunidades y experiencias únicas, pero en la política es blanco o es negro, no es gris", remarcó.
Y agregó: "Me decían cachetona, cara de tortillina, chaparra, no tienes cuello. Mis papás me decían: 'No te lo creas. Tú eres más'. Me destrozaron. Les decía ya no puedo. Ya no quiero salir. No me podía ver al espejo. No me quería. Me afectó mucho la crítica…Me agredieron. No tuvieron piedad, que ojo, Enrique había elegido estar en esa posición, pero los hijos no. A mí me destrozaron. Dijeron cosas muy feas".
Finalmente dijo que a pesar del tiempo, las consecuencias sobre cómo se percibe persisten, es algo que trabaja todos los días, pero ha sido muy complicado volverse a ver lejos de esos comentarios.
"Deja muchas secuelas, muchos traumas, inseguridades, en las que tienes que trabajar todos los días. Hay veces que necesito el reconocimiento y validez de todo el mundo. Confiar en mí me ha costado mucho trabajo, recuperar mi autoestima", puntualizó.