Luego de la sentencia que recibió el actor Pablo Lyle, algunos de sus amigos más cercanos están verdaderamente preocupados por su salud física y mental, pues aseguran que hay una diferencia radical entre el Pablo que entró a prisión y el que inició el juicio.
Esta semana, la revista TV Notas publica una entrevista con un amigo muy cercano al actor, quien revela los difíciles momentos que Lyle está viviendo. Pues teme que la prisión que le sea asignada lo ponga en peligro.
“En los últimos cinco meses, su salud ha mermado demasiado, ya no es el mismo Pablo que fue encarcelado en octubre pasado; desde entonces, su presión arterial comenzó a variar; incluso no es el mismo que recibió su condena el pasado tres de febrero, en aquella fecha todavía su familia lo vio como siempre, con cabello, con miedo a lo que podría pasar, aunque estable, pero a finales de febrero todo cambió”.
El allegado a Pablo recalca que el actor teme por su integridad, pues podría haber presos que busquen vengar la muerte del señor que lamentablemente perdió la vida tras su altercado vial. De hecho, asegura que padece varias enfermedades relacionadas a los nervios.
“Pablo no puede ni dormir y esto le ha afectado los nervios, aunado a que el estrés de estar encarcelado le ha provocado alopecia, hipertensión, migraña y dermatitis en las manos, según nos ha dicho su propio hermano (Jorge). También, debido a los nervios, ahora ya toma pastillas para controlar su presión arterial”.
El amigo del actor dijo que Pablo intenta no preocupar a su familia, sin embargo, cada vez son más los indicios de un colapso nervioso, por lo que temen mucho por él.
“Están sumamente preocupados por él, y cómo no, si físicamente han visto su declive; de hecho, Pablo está muy flaco, ha bajado más de ocho kilos y eso les angustia. Ellos le piden que coma, que le eche ganas, aunque entienden lo difícil que ha sido para él estar ahí; la vida le dio un giro terrible, de tenerlo casi todo, ahora pasó a perderlo todo: su libertad, su familia, su alegría, todo”.