Ser actor es más que ponerse al servicio del personaje dentro de una historia y aunque en la industria hay profesionales que logran cumplir con este objetivo, hay quienes llevan su vocación hasta las últimas consecuencias, tal es el caso de Florence Pugh.
La joven actriz enfrentó uno de los retos más difíciles de su carrera en “Midsommar”, donde interpretó a Dani, una mujer que le afectó de varias formas.
En una entrevista reciente, Pugh habló sobre el trabajo que hizo bajo la dirección de Ari Aster:
“Nunca había interpretado a nadie que sintiera tanto dolor. Y me puse en situaciones bastante deplorables que quizá otros actores no han hecho“.
“Midsommar” es considerada como una de las mejores películas de terror pagano y el simple hecho de que Aster logre causar sensaciones de repulsión aún sin la ayuda de la oscuridad de la noche, es de aplaudirse.
Sin embargo, para Florence, más allá de ser una experiencia actoral única, personalmente fue poco disfrutable:
“Cada vía el contenido se hacía más raro y más difícil de llevar. Ponía cosas en mi cabeza que se hacían peores con el tiempo. Al último, probablemente abusé de mí misma para poder lograr el personaje”.