Katy Perry y Orlando Bloom se están robando los titulares luego de que la famosa cantante dejara entre ver que quiere alejarse por completo del alcohol, lo que ha desatado casi de forma inmediata, cientos de rumores sobre posibles problemas de adicción.
Los hechos ocurrieron en una fiesta de American Idol, donde llamó la atención que la intérprete rechazara probar cualquier bebida alcohólica. Horas después, en una entrevista con ‘People’ confirmó que prefería no ingerir estas bebidas debido a un pacto que hizo con el padre de su bebé.
"Llevo cinco semanas completamente sobria... He hecho un pacto con mi novio porque quiero dejarlo", le dijo antes de matizar sus palabras y especificar que, en principio, su proceso de limpieza durará tres meses. "No puedo tomar nada. He hecho una promesa. Tres meses", señaló compungida pero contundente en una conversación que recoge la citada revista.
Está claro que Katy no quiere decepcionar al padre de su pequeña, quien recientemente se deshizo en elogios hacia ella para revelar que el éxito de su historia de amor se basa en el respeto y la admiración mutuas. "Creo que la clave es que somos fans el uno del otro, ¿sabes a lo que me refiero? Lo que hace ella en 'American Idol' es empoderar a los músicos jóvenes, y también tiene tiempo para organizar un gran espectáculo en Las Vegas. Katy es una fuerza de la naturaleza. Los dos tenemos nuestras propias piscinas en las que queremos nadar, y cada uno reconoce la piscina del otro", señalaba el intérprete inglés.
Sin embargo, según contó la propia Katy, esto no se trata más que de un pequeño receso de la fiesta porque tiene múltiples compromisos en puerta y requiere estar al cien por ciento para ellos, así que se descarta cualquier tema de adicción al alcohol, al menos por ahora.