Una de las grandes leyendas del cine nacional se fue este fin de semana, Ignacio López Tarso dio su último respiro a los 98 años el sábado pasado, luego de varias complicaciones de salud. Como uno de los mejores actores de México, se sabe que dejó una millonaria fortuna que podría ir destinada a sus tres hijos.
El protagonista de “Macario” de 1960, primera cinta mexicana en estar nominada al Óscar como “mejor película extranjera”, obtuvo enormes ganancias gracias a este trabajo y el cual también sirvió de ayuda para catapultarlo a la fama internacional.
El primer actor fue muy solicitado en las décadas siguientes y dentro del séptimo arte tuvo numerosos títulos como El Gallo de Oro (1964), Nazarín (1959), Cri Cri, el grillito cantor (1963), El Hombre de Papel (1963), La Vida Inútil de Pito Pérez (1969), El profeta Mimí (1972), Rapiña (1973), Los albañiles (1976), Tarahumara (Cada vez más lejos) (1964), entre otras producciones.
En la pantalla chica el trabajo de López Tarso no fue menos importante y destacó en telenovelas importantes de la época como El derecho de nacer (1983), Senda de Gloria (1988), Ángeles blancos (1991), Imperio de cristal (1995), La casa en la playa (1995), De pocas, pocas pulgas, Corazón indomable (2014) y Amores con trampa (2016).
La estrella mexicana gozó hasta sus últimos días de la exclusividad vitalicia que Televisa que otorga a sus actores, siendo de los pocos miembros del gremio que disfrutaban este beneficio.
No podemos dejar de mencionar su impecable desempeño en el teatro, su más grande pasión, gracias a las obras El Desperfecto, Dé Gira con los López, La Reyna y Los Rebeldes, El Alcalde de Zalamea, por mencionar algunas.
Asimismo se sabe que gracias a sus ganancias adquirió diversas propiedades y estableció otros negocios que le permitían vivir cómodamente, reuniendo así 30 millones de pesos en patrimonio.
En los últimos años, el intérprete dejó de ser llamado para la televisión, sin embargo jamás perdió la fé en su vocación, incluso una vez confesó que así le gustaría morir, haciendo lo que más le gusta. Se desconoce si de algún tiempo para acá, Ignacio López Tarso comenzó a tener problemas económicos debido a su falta de trabajo.
En cuanto a sus herederos, le sobreviven sus tres hijos: Susana López Aranda, Gabriela López Aranda y Juan Ignacio Aranda, éste último es el único de sus descendientes que se dedica a la actuación.
Por el momento no se tiene una fecha para dar lectura al testamento del artista, pero debido a su trayectoria, siempre estuvo alejado del escándalo y unido a su familia , por lo que se espera que no existan disputas entre los hermanos con relación a su herencia.