Continúan los dramas y conflictos para Miss Universo por los crecientes desacuerdos entre la organización liderada por la magnate transgénero Anne Jakrajutatip y y su reciente ganadora universal, R’Bonney Gabriel.
Lejos del glamour y la belleza, al interior de la organización se vive una nueva disputa, pues la poseedora de la corona no vio con buenos ojos que la empresa le negara el derecho de confeccionar sus propios vestidos y promover el reciclaje como una herramienta de concientización ecológica.
Recordemos que la estadounidense de 28 años se dedica al diseño de modas, y hasta ahora tenía la idea y voluntad de crear sus propios outfits para los diferentes eventos especiales a los que debe asistir como la nueva mujer más bella del planeta.
Otro factor que engrandece la tensión entre la modelo y el certamen, es la poca atracción que ha tenido en cuanto a patrocinadores desde que Gabriel comenzó su reinado, esto se traduce, en que solo existe una marca de ropa que desea vestirla por sus actos públicos.
Todas estas desavenencias han generado un disgusto en la empresaria tailandesa quien está pensando seriamente cómo jugará sus cartas para que no peligre el concurso más importante de belleza y que le estaría generando pérdidas monetarias a su empresa, JKN Global Group, encargada del certamen.