Margarita Rosa de Francisco es considerada una de las actrices más icónicas de la televisión, su telenovela Café con aroma de mujer es considerada una de las más exitosas en los años 90's en Latinoamérica, tanto que después de esta fueron varias las versiones en México, una de ellas con Angélica Rivera.
Es por esto que ahora que la famosa actriz colombiana ha decidido usar su voz para enviar un duro mensaje, el de las mujeres en la vejez, pues se ha mostrado con sus canas y las arrugas que a sus 53 años está muy orgullosa de portar, según relató en entrevista para la BBC.
"Yo me siento muy liberada. Me siento feliz. Eso no quiere decir que cuando me veo al espejo y me veo más vieja, a mí me parezca chévere. Hay muchas cosas que veo de mi cara que no me gustan. Pero yo me siento ya con el derecho a tener esa cara. No tengo que pedir permiso para tener esa cara que ha producido mi vida, que ha producido mi andar, mi sentir. Entonces, me siento liberada. Esa es la palabra. Me siento aliviada de no tener el deber de ser bella, ni de ser joven, ni de ser sexy, ni apetitosa", sentenció.
Y es que es verdad que la famosa siempre estuvo bajo la crítica de los medios, así que no hubo momento en el que no se exigiera ser "bella" todo el tiempo bajo lo que los estándares sociales establecían, cosa que no le hizo nada bien.
"He sido consciente ya como mujer adulta de que esa fue una decisión que tomé, pero no fue que hubiera dicho 'voy a ocuparme de ser bella', porque además me ocupé de otras cosas, no solamente de ser bonita. La belleza era muy importante para mí, era una prioridad, pero también me preparé como profesional....Lo que sí recuerdo es que después de una operación de columna muy severa, tuve que tener un yeso puesto por casi un año. Cuando me lo quitaron y me vi en el espejo tan frágil y con un cuerpo que no me gustaba, me propuse tener un cuerpo de diseño y entonces yo misma lo dibujé en un papel. Ahí me dije: yo quiero ser así como en este papel", relató.
Y agregó: "Yo quería que los músculos se vieran, que se viera la determinación de mi personalidad. Un cuerpo testigo de que era una mujer fuerte y contestataria porque además estaba construyendo un cuerpo que no era el cuerpo que les gustaba a los medios en esa época...la actitud que yo tenía con mi propio cuerpo era como la de un proxeneta con una prostituta. Mi proxeneta interno me exige hacer todo lo posible para lograr un resultado con mi cuerpo, de manera que ese cuerpo agrade o que tenga un efecto sobre los demás, no solamente sobre mí. Y eso incluye privarme de ciertos placeres, incluye una serie de restricciones, pero para ese proxeneta nunca es suficiente. Siempre falta algo".
La presión mediática incluso la llevó a sentirse mal, "de joven nunca fui feliz, fui absolutamente miserable", aunque ahora las cosas han cambiado para bien, pues asegura sentirse plena.
Sus problemas de ansiedad, así como ser juzgada por sus decisiones de vida, como el nunca tener hijos, fueron de las causantes que la alejaron de la vida pública, y aunque antes era muy activa en Twitter, ahora sólo ha preferido manterse en TikTok y cerrar los demás canales para comunicarse con sus fans.
Es así como Margarita Rosa de Francisco está abriendo la conversación sobre estos delicados temas que parece que al mundo siguen incomodando, desde la vejez de las mujeres, sus decisiones fuera de lo impuesto socialmente, y claro, la línea cercana a la muerte de la que todos evitan hablar. ¿Qué tal?