Paula Levy, hija de Mariana Levy y José María Fernández ‘El Pirru’, acaba de ingresar al Centro de Eduscación Artística (CEA), y aunque está llena de emoción por esta nueva faceta, es imposible contar su historia sin hablar de la tragedia que marcó su vida, la muerte de su mamá.
Aunque Paula era muy pequeña y no recuerda completamente todo lo que pasó, la joven de 21 años compartió cómo hace para recordar a su madre y se sinceró sobre los más duros pasajes de su vida.
“Yo era muy extrovertida, me encantaba hacer amigos y bailar. Tengo bloqueada su muerte, pero recuerdo que me dijeron: ‘Se la llevó Diosito, porque le hacía falta un ángel muy bueno’. Al funeral, mi papá decidió no llevarnos a mí y a mi hermano José Emilio, porque éramos chiquitos”, dijo en entrevista con la revista TVNotas.
Paula habló de la gran relación que tiene con Ana Bárbara y cómo ha visto en ella una mamá desde siempre, aunque se haya separado de su papá.
“Se dio muy bonito, Ana Bárbara era muy linda conmigo y un día me senté en sus piernas, me volteé y le dije: ‘Oye, ¿te puedo decir ‘mamá’?’, y para ella fue un shock, pero me dijo que sí y desde ahí se puso la playera y todo estuvo muy bien”.
“Estuvo muy duro para mí el divorcio de mi papá y Ana Bárbara, porque no lo veía venir. Un día que empezaron las vacaciones, mi papá nos dijo a José Emilio y a mí que agarráramos nuestras cosas porque nos íbamos a ir de viaje a Los Cabos sin Ana Bárbara. Ya en la alberca, cuando mi papá me dijo: ‘Me voy a separar y nos vamos a ir a vivir a otro lugar’, a mí se me cayó el mundo, no podía concebir de nuevo esta pérdida de madre y separarme de mis hermanos; lloré muchísimo”, contó.
En un tono completamente serio y personal, Paula confesó que tuvo pensamientos muy oscuros que incluso la llevaron a atentar contra su vida.
“Sí, hay momentos en los que la estás pasando tan mal y sientes que no te identificas con nadie, que no encuentras de dónde agarrarte y dices ‘bye’ facilísimo. La primera vez me ocurrió a los 13 años y en mi adolescencia fue un pensamiento muy recurrente, hasta hace algunos años”, dijo.
Paula se sincero y compartió que a los 18 años tuvo un intento de suicidio en el que sintió que algo o alguien la empujaba a la vida, hecho que atribuye totalmente a su mamá.
“A los 18 años. Empecé a tomar medicamentos como Xanax, Rivotril, y me sentí un mes entero muy mal, sentía que nada tenía sentido. Estaba sumergida en eso, ni siquiera piensas claro y dije: ‘Ya, qué estoy haciendo acá, ni siquiera estoy estudiando, ni siquiera sé qué quiero ser’. Cada vez el túnel me hacía más para atrás. Un día estaba en mi cuarto y tomé bastantes pastillas de Xanax, fue muy feo. Mientras me estaba quedando dormida, pensaba: ‘Esta es la última vez que me voy a quedar dormida, ya no voy a despertar’; sentía el cuerpo cansado, me estaba dejando ir, pero a la vez pensaba: ‘No, no me quiero morir’, pero ya ni me podía parar y solo dije: ‘Pues lo voy a dejar ir y sentí cómo un ángel me ayudó, era mi mamá’”.