Las opiniones sobre el performance de Rihanna el pasado 12 de febrero en el medio tiempo del Super Bowl estuvieron divididas, pues algunos elogiaron el regreso de la cantante a los escenarios tras siete años de ausencia y lo calificaron de “espectacular, mientras que otros como Donald Trump, calificaron su desempeño como “aburrido”.
Lejos de importarle estas opciones, la artista de 34 años fue objeto de conversación en las redes sociales por otras razones de fuerza mayor, pues utilizó uno de los escenarios más importantes del mundo para anunciar su segundo embarazo a tan solo nueve meses de dar a luz a su primogénito.
Otro antecedente de importancia que acompaña a la presentación de la cantante, es que desde años anteriores RiRi había desairado a la organización para presentarse como la artista principal, esto por razones ideológicas y de congruencia.
En 2019, Rihanna rechazó el Super Bowl debido a temas de racismo y brutalidad policiaca que diariamente se vive en Estados Unidos contra los habitantes afrodescendientes. Su negativa se vio influenciada por el apoyo que le mostró al jugador Colin Kaepernick, quien fue vetado de la NFL tras arrodillarse en pleno estadio como protesta a los ataques contra los ciudadanos pertenecientes a dicha raza.
Parece que para este 2023, la originaria de Barbados cambió de opinión y decidió dejar el conflicto atrás para deleitar a sus millones de fans que esperaron por su retorno luego de estrenarse como mamá, pero ¿a qué costo? Según información de medios estadounidenses, Rihanna no cobró ni un solo dólar por presentarse en el halftime show, y fue exactamente por la misma razón, es decir, por solidaridad al deportista antes citado.
Cabe añadir que la intérprete de “Diamonds” suele cobrar por evento alrededor de 8 millones de dólares, es decir, 149 millones 552 mil pesos, pero en esta ocasión, sus motivos para estar presente en el encuentro deportivo no involucraron al dinero.