OV7 finalmente concluyó su ciclo, tanto en la vida personal como en la musical, marcando el fin de una era para toda una generación. Estos artistas, que eran prácticamente niños cuando comenzaron su prolífica carrera hace 34 años, han dejado una huella musical reconocible desde la década de 1990 hasta el día de hoy.
Ayer, la despedida de Mariana Ochoa, Lidia Ávila, Érika Zaba, Ari Borovoy, Óscar Schwebel, M’Balia, y Kalimba Marichal resonó profundamente en las 18 mil personas que llenaron la Arena Ciudad de México durante el concierto "OV7, El gran final".
A las 21:20 horas, el adiós, aunque oscuro, también fue una celebración de la extensa trayectoria que hizo bailar y cantar a cientos de personas. La pirotecnia y el fuego en las pantallas del recinto anunciaron que el grupo ofrecería calor con su energía, en medio del frío invernal. Así sonaron canciones como "Más que amor", "Love Colada" y "Tus besos", que culminaron con una referencia a "We Will Rock You".
En un breve respiro, Érika fue la primera en hablar, "¡Buenas noches! Es hermoso estar aquí de nuevo con todos ustedes. Es un día de mucha nostalgia para todos, para ustedes y para nosotros, porque cerramos muchos años de carrera, cerramos un ciclo como grupo, pero recordaremos todo lo que hemos vivido con ustedes”, sostuvo la cantante.
A continuación, Kalimba saludó al público y expresó su conmoción. M’Balia destacó el largo camino recorrido, no solo como grupo, sino junto a sus seguidores. Mariana definió la velada como "agridulce", agradeciendo por cada momento compartido y marcando la huella que dejaron en la generación OV7.
A pesar de la inevitable despedida, cada palabra parecía unirlos más que separarlos. Ari enfatizó que aunque fuera su último concierto, la historia no se hubiera logrado sin sus fans. Lidia habló con la voz quebrada, agradeciendo a los fanáticos por ser su constante compañía. Óscar cerró los saludos y despedidas, recordando la noche como inolvidable y agradeciendo a los fans por hacer posible su carrera de 35 años.
La celebración continuó con "Prohibido quererme". Mariana compartió una emotiva carta de su madre, resaltando la naturaleza efímera de la vida y animando a mirar hacia el futuro con optimismo. El viaje en el tiempo continuó con canciones como "Shake Shake", "Magia", "No me digas nada" y "Caleidoscópio".
Luego, el sonido del mar y sus olas en las pantallas acompañaron "Volveré" y "Somos un mundo". La noche fue un tributo a la carrera de OV7, una mezcla de nostalgia, gratitud y celebración, dejando una marca imborrable en la memoria de los fans que han acompañado a la banda a lo largo de los años.