Jessica Simpson fue una importante estrella de la música pop a inicios de los años 2000, su matrimonio con la otra estrella de la boyband 98 Degrees, Nick Lachey también dio de qué hablar aunque se divorciaron en condiciones poco amigables.
La intérprete de “Irresistible” se alejó de la vida pública para dedicarse a su maternidad y matrimonio, en uno de esos periodos de introspección decidió plasmar sus más marcadas memorias en la autobiografía Open Book de 2020, donde también expone sus adicciones y un abuso sexual del que fue víctima.
Simpson, cuya familia originaria de Texas solía practicar la religión cristiana con su padre como pastor. Recordó cuando unos amigos cercanos tenían una hija de 12 años. Con el tiempo, la menor comenzó a hacerle cosas indebidas a la artista quien por ese entonces tenía seis años.
"Comenzaba con cosquillas en la espalda y luego pasaba a cosas que eran extremadamente incómodas", detalló la hermana de Ashley Simpson y concluyó que ella percibía que su abusadora habría sufrido lo mismo por parte de otra persona.
"Yo era la víctima, pero igual sentía que había hecho algo malo (...). A los 12 se los conté a mis padres en un viaje en auto; nunca volvimos a esa casa, pero tampoco volvimos a hablar sobre lo que les había contado", escribió.
Este evento traumático aunado a la presión que vino con su fama y las exigencias de la industria por verse hermosa, detonaron en su dependencia al alcohol y las pastillas, según plasma la artista de 43 años.