Es bien sabido que la vida de un rockstar está rodeada de excesos y son pocos los que han vivido para contarlo. Una de estas personalidades es Ozzy Osbourne, vocalista de la legendaria banda de heavy metal Black Sabbath.
El llamado “Príncipe de las tinieblas” ha relatado en diversas ocasiones el severo problema que tuvo con las drogas, de hecho en su autobiografía “I am Ozzy”, el cantante británico relató varias anécdotas relacionadas con el alcohol y sustancias prohibidas como la mariguana y la cocaína.
Y aunque ya tiene varios años sin consumir estupefacientes, el intérprete de “Crazy Train” todavía recuerda su época de excesos y recientemente platicó cómo dejó de consumir ácido:
“Tomé 10 tabletas de ácido y luego salí a caminar por el campo. Terminé parado allí hablando con este caballo durante aproximadamente una hora. Al final, el caballo se dio la vuelta y me dijo que me fuera a la mierda. Eso fue todo para mí”.
¿Gracioso? Para Ozzy no lo fue tanto ya que ese fue el parteaguas para dejar, al menos, esa droga. Alrededor de su mítica figura de rockstar, existen diversos mitos que lo relacionan con el oscurantismo y hábitos destructivos.
Uno de los más sonados es que durante un concierto, Osbourne le arrancó la cabeza a un murciélago vivo. ¡Asqueroso! Asimismo, el tiempo se ha encargado de mantener viva la “hazaña” de que el famoso rockero, inhaló hormigas rojas, aunque otros dicen que fue una araña.