En plena festividad de Halloween, diversas "manifestaciones" e historias de terror salen a flote.
Y es que en medio del misterio y situaciones inexplicables de la vida cotidiana, hay personas que experimentan la llamada "parálisis del sueño" y relacionan la sensación con seres terroríficos o demoniacos que no las dejan dormir. ¿Te ha pasado?
Para explicar el amargo episodio que suele ocurrir durante la noche, puede analizarse desde dos puntos de vista: el científico y el energético.
¿Un fenómeno paranormal?
La teoría más común apunta a que desde la parte energética, son entidades o “entes” que buscan absorber nuestra energía.
Son almas que necesitan el contacto humano para estar en este plano y al ir a la cama, es el momento exacto en que no tenemos un dominio completo de nuestro cuerpo, por lo que entra en estado de relajación lo que explica que este síntoma llegue por las noches, mientras dormimos.
Es cuando llega la imagen de seres espeluznantes y alucinaciones en las que a veces nos es difícil distinguir la realidad de la imaginación.
¿Qué es la parálisis del sueño?
Sin embargo, según la ciencia, todo se trata de un “despertar incompleto” o desfase temporal, pues hay una etapa del sueño que puede estar muy activa y otra parte se paraliza. También puede ser motivo de una mala postura.
Ello provoca que al intentar movernos o hablar, resulta imposible, ya que nuestro cuerpo no reacciona para movernos al encontrarse completamente paralizado, mientras de forma opuesta, tu cerebro está acelerado.
Expertos refieren que se produce en momentos previos a conciliar el sueño o antes de despertar y se llega a manifestar en personas con plena salud mental pero bajo altos niveles de estrés y cansancio.
La parálisis del sueño se caracteriza por relajación muscular, alucinaciones auditivas y visuales que apuntan a la sensación de una presencia, lo que durante el episodio desata la angustia y el terror.
¿Cómo evitarlo?
Si tienes "apnea del sueño" o algún otro trastorno, es conveniente tratarlo y atender sus causas, por lo que tener buenos hábitos del sueño, que implican dormir bien y suficiente, esto es descansar durante periodos completos.
De la misma manera es necesario reducir el estrés, evitar alimentos aceleradores o muy dulces y recurrir a técnicas de respiración o meditación para relajarnos.
Recuerda que hacer ejercicio al aire libre siempre será importante para liberar tu estrés.
Ambas referencias, científicas o energéticas, coinciden en la forma de enfrentarlo, que es mantener la calma mientras ocurre el repentino efecto -que dura un corto tiempo-, así la extraña sensación pasará.