Ahora que Gabriel Soto e Irina Baeva están en el ojo del huracán por haber pospuesto su boda, los rumores de un rompimiento son cada vez más fuertes.
Y bajo este contexto es que recordamos los inicios de la relación entre Gabriel e Irina, que se suscitó en medio de la supuesta infidelidad que el actor tuvo con Geraldine Bazán.
Si bien, Soto se ha cansado de explicar que Irina no fue la tercera en discordia, Geraldine tiene otra opinión, pues aunque la rusa y el mexicano confirmaron su relación a finales del 2018, no había pasado ni siquiera un año desde el divorcio de Gabriel y la mamá de sus hijas.
Y desde que se generó esta polémica la más castigada ha sido Irina, pues los ataques en su contra no han parado, le han dicho de todo y la culpan por haber terminado con un matrimonio.
No importa cuántas veces salga Gabriel en su defensa, la comunidad la señala como la tercera en discordia. Pese a los señalamientos la pareja soportó y fue más grande su amor, tanto que la actriz rusa tiene una buena relación con las hijas de Soto y Bazán.
Todo iba viento en popa, había planes de boda antes de la pandemia, por razones obvias se tuvo que posponer, pero hace no mucho retomaron esta ilusión y aunque no había fecha, no pasaría de este año para que su amor quedara sellado por el matrimonio.
Lamentablemente hace unos días anunciaron que la boda se pausaba y no dijeron más, ella se fue a Rusia y él se quedó en México grabando una telenovela.
¿Se habrá terminado el amor?