José Fernando Nolasco, quien fuera la mano derecha de Andrés López Portillo, hijo de Margarita Portillo, esposa de Andrés García, está haciendo cimbrar a la farándula internacional, pues asegura que se están aprovechando de la salud delicada del actor para estafarlo, tal como ha denunciado Leonardo García, hijo del veterano histrión.
Aunque Andrés García ha respondido de forma tajante a las acusaciones de su hijo, e incluso lo ha acusado de estar buscando sólo su fortuna, Nolasco asegura que es verdad que la esposa del actor lo mantiene ‘empastillado’ y confirmó que su propiedad ‘El castillo’, fue vendida a menos de la mitad del valor original. Se dice que el inmueble, valuado en 60 millones, se vendió en sólo 25, de los cuales, sólo uno llegó a García.
“Una persona de la casa de Acapulco me comentó que lo empastillaban por órdenes de la señora Margarita y que cuando lo hacían se ponía mal, pero no me dijeron qué tipo de pastillas eran, no sé si eran para hacer que estuviera mal y poder manipularlo”, aseguró José Fernando.
De paso, Nolasco compartió evidencias de que Margarita estaría vaciando las cuentas del actor, cobrando cheques a favor suyo o de su hijo.
“En mayo pasado, me mandaron a cambiar tres cheques de la cuenta de don Andrés, cada uno era por medio millón de pesos. No sé si lo obligaron a firmarlos o falsificaron su firma; era para vacIar la cuenta, lo más seguro es que Margarita fue quien sacó el dinero, pero venían a la cuenta de Andrés López Portillo”.
Además, el ex empleado aseguró que tiene conocimiento sobre las decisiones notariales que ha tomado Andrés, sin embargo, asegura que ha sido manipulado para que todo quede a nombre de su actual esposa, a quien acusó de tenerlo en malas condiciones hasta de higiene pues sólo estarían al acecho de su fortuna.
“Hace dos meses y medio trajeron al señor Andrés a la CDMX ante un notario para que firmara para ceder todas sus propiedades,no estuve ahí pero otro asistente de López Portillo me contó. Lo trajeron a pesar de que la altura le hace daño, venía con oxígeno y todo, venía mal, pero era urgente firmar los documentos que traían Margarita y su hijo. Era sobre la casa de la playa, porque la de los manglares ya se vendió hace como dos años. El empleado que vino con ellos a la CDMX me dijo: ‘¿qué crees?, que trajeron al señor Andrés García al notario y ahora sí, ¡ya lo dejaron encueradito!, porque ya lo trajeron a firmar las propiedades’”.