ENTREVISTA EXCLUSIVA

Horacio Pancheri: "Me enamoré tan fuerte de México que no imagino mi vida lejos de aquí"

El actor argentino, que actualmente le da vida al villano Alonso Cancino en la telenovela Vencer el pasado, charló de todo con Pronto: sus comienzos en la actuación, su niñez en la Argentina, su llegada a México, la paternidad de Benicio, su romance con Isa Valero y su separación de Marimar Vega.

Por
Escrito en ESPECTÁCULOS el

Llegó a México en 2012 para probar suerte y le fue tan bien que se terminó quedando. "Me enamoré de este país", se sincera Horacio Pancheri (38), quien actualmente le da vida al malvado Alonso Cancino en Vencer el pasado, la nueva novela de El canal de las estrellas que se convirtió en un verdadero éxito. El galán dio sus primeros pasos en el ambiente artístico como modelo en Argentina, su país natal, y su debut como actor fue en Televisa con la telenovela El color de la pasión, en 2014. Luego se lució en La sombra del pasado, Un camino hacia el destino, El vuelo de la victoria, En tierras salvajes, El juego de las llaves, De brutas nada y La mexicana y el güero. A nivel personal, está de novio con una arquitecta llamada Isa Valero –a quien conoció tras haberse separado de la actriz Marimar Vega- y es papá de Benicio (8), fruto de una relación anterior. En medio de las extenuantes grabaciones de Vencer el pasado, Horacio se hizo un tiempo para charlar con Pronto y brindó una entrevista exclusiva ¡en la que habló de todo!

-Vayamos al inicio. ¿Dónde naciste?

-En Buenos Aires en 1982 y me fui a los cuatro años a vivir a Esquel, en la Patagonia argentina, por compromisos laborales de mi familia. Mi papá, Horacio, es médico, lo mandaron a trabajar al sur y eligió Esquel. Mi mamá, María Elena, es maestra y somos tres hermanos: después de mí vienen Victoria (37) y Emilio (35). Crecí en Esquel e hice ahí la primaria y la secundaria, hasta que a los 17 me mudé a Buenos Aires.

-¿Una infancia a puro esquí?

-Sí, claro. Esquío desde los cinco años. Me lanzaron sin bastones desde la punta de la montaña y allí nació mi pasión por el esquí y la nieve. También de chico empecé a nadar, me federé en el deporte y estuve como 15 años compitiendo en natación, en estilo pecho. A los 17, me fui a Buenos Aires a estudiar la licenciatura en Actividad Física y Deportiva y me recibí.

-¿Cómo entraste en el mundo del modelaje?

-A mis 23 años, estaba nadando y un día fueron a hacer un casting en la pileta del club River Plate para un comercial y me quedé a mirar. Entonces, me sugirieron me hiciera fotos para trabajar de modelo. Una amiga me tomó las fotos, se las envié al representante Ricardo Piñeiro y entré en su agencia. Pensé que mi vida se iba para el lado del deporte pero el destino hizo su juego y cambió mi rumbo.

-¿Y abandonaste el deporte?

-Al principio, combinaba el modelaje con la natación pero después se hizo imposible porque tenía que trabajar para mantenerme y estar más enfocado en mi camino. Supe que el deporte ya estaba, que me había llevado hasta ahí y me enfoqué al ciento por ciento en el modelaje. De los 25 a los 30 trabajé exclusivamente de modelo, sobre todo en campañas y publicidades. Empecé a trabajar para clientes mexicanos y muchos amigos me dijeron que me viniera a probar suerte a México. “El argentino rubio de ojos claros, funciona”, me repetían. Yo no quería creer y así estuve dos años hasta que me decidí.

-¿Y te lanzaste de una?

-Sí. Tenía 30 años y dije: “Me voy a probar suerte y si me va bien, increíble. Pero si me va mal, al menos lo intenté”. Llegué en 2012 y nunca más me volví. Fue tan rápido todo y me sorprendió tanto la vida, que ya a los ocho meses estaba trabajando en Televisa, protagonizando la primera parte de la novela El color de la pasión.

-¿Antes de debutar en la novela, te formaste actoralmente?

-Claro. En Argentina los últimos dos años había estado estudiando teatro con Claudio Tolcachir en Timbre 4 y con Nora Moseinco pero me pasaba algo raro porque no sentía que la actuación era mi pasión. Me daba vergüenza y pensaba todo el tiempo: “¿Qué estoy haciendo acá?”. De lanzado nomás me vine a probar suerte a México pero más confiando en mi perfil que en mi talento. Porque nunca había actuado en mi vida. Antes de eso, me fui un mes a España a hacer un curso con unas directoras de casting muy grosas que hicieron Elite y otras series para Netflix.

-¿En el DF finalmente descubriste tu vocación?

-Sí. Conocí a un maestro que me cambió la vida: René Pereyra. Al segundo día de haber llegado a México, me metí en un curso de actuación con René y él fue el que me llevó de una forma muy especial a descubrir esta pasión. Empecé a sacar cosas que no sabía que tenía y ahí arranqué. A los seis meses conocí a Eugenio Cobo, que es el director del CEA (Centro de Educación Artística), ahí estudié seis meses más y debuté en televisión con El color de la pasión.

-¿Qué te pasó cuando saliste al aire en televisión?

-¡Fue muy loco! El productor de El color de la pasión era Roberto Gómez Fernández y es hijo de Roberto Gómez Bolaños. Imaginate que toda mi infancia miré El chavo del 8 en Argentina y mi primer casting fue en su oficina con todos los muñequitos de El chavo. ¡Yo me sentía como en Disney! Buscaban a un actor con mi perfil, hice el casting un jueves y ese lunes comencé a grabar. Salí al aire y de inmediato me empezaron a caer marcas y comerciales. Mi Instagram se disparó a 500 mil seguidores y fue todo una locura porque aquí el 90 por ciento de la gente mira telenovelas.

-¿Llegabas a procesar semejante cambio de vida?

-Sí porque, aunque en menor medida, ya venía un poco acostumbrado por el modelaje en la Argentina. No era famoso pero salía a la calle y veía mis carteles de distintas marcas en la calle y en las revistas. No era ajeno a ese mundo, ya tenía algo de idea. Igual, claramente salir en Televisa me cambió la vida y año tras año comencé a hacer novelas y nunca más paré. La gente siempre fue divina conmigo y México como país es increíble.

-¿Cómo te recibió México?

-Muy bien. Muchísima gente viene aquí y este país tiene algo especial, que a los extranjeros nos adopta como propios y nos dan muchísimas oportunidades. No solamente en la actuación sino en otros rubros también. El día que llegué me encantó y tuve la suerte de estar trabajando a los pocos meses. Eso hizo todo mucho más fácil y me permitió instalarme.

-De todas las novelas que hiciste, ¿hay alguna que quieras más?

-Es difícil elegir. Siempre el primer trabajo se atesora con mucho cariño y El color de la pasión fue la que me abrió las puertas al mundo de las novelas y que la gente me conozca. La primera tiene ese encanto, además de que fue un éxito y le fue súper bien. No te podría decir una que me haya marcado porque cada cual tiene su historia. En la segunda conocí gente talentosísima y en la tercera, Un camino hacia el destino, conocí a mi ex novia, Paulina Goto, con quien estuvimos varios años juntos. En la cuarta conocí a grandes amigos, como Diego Olivera y Cristian De la Fuente. Y acabo de terminar dos series para Amazon, en las cuales hice de homosexual y me encantó el desafío.

-¿Te permite salir del rol del galán?

-Tal cual. Venía de hacer siempre de galán de novela y me estaban encasillando ahí. Entonces, tenía que salir de ese lugar y pude hacer dos papeles de gay que fueron impresionantes. Una serie se llama El juego de las llaves y es una comedia de parejas swingers mientras que la otra se llamó De brutas, nada y la rodé en Colombia. Actualmente estoy como antagonista de Vencer el pasado, por Televisa. Es un gran culebrón y contamos una historia actual, con redes sociales y linchamiento digital. Estamos grabando hace tres meses y nos quedan dos más por delante. El rating está súper alto y estamos muy contentos. Alonso Cancino es el malo de la historia y está buenísimo porque me estoy probando como villano. Está bueno para mí como actor ¡pero la gente te odia porque compra mucho al personaje!

-Tenés un hijo, Benicio. ¿Cómo es su historia?

-La historia de Benicio es muy loca. Yo estaba de novio con Carla, su mamá, en Argentina y estuvimos dos años juntos hasta que le dije que me venía a probar suerte a México. Ella estaba estudiando bioquímica y le quedaba un año. “Recibite, yo me voy a probar suerte al DF y si me va bien, te venís. Sino, yo me vuelvo. Vamos viendo”, le dije. Cuando llegué a México, al mes y medio me llamó para contarme que estaba embarazada.

-¿Qué pensaste?

-No podía creerlo. Ella estaba de cinco meses pero como le venía regularmente, la panza recién le salió cuando dejó las pastillas anticonceptivas, se enteró tarde y me lo transmitió. No sabía si volverme a la Argentina o seguir con mi sueño en México. Intentamos la relación a distancia pero no funcionó y hoy en día somos muy amigos y tenemos un hijo hermoso. Benicio vive en Argentina y nos vemos cada cuatro o cinco meses, cuando yo voy a visitarlo o cuando él viene a verme a mí. Es lo más lindo que tengo.

-¿Qué le trajo la paternidad a tu vida?

-¡Tanto! Ya no pienso tanto en mí y todo lo que hago es por y para él. Trato de estar lo más presente posible y cuando viajo a la Argentina le doy calidad de tiempo. Es difícil porque también soy hijo de padres separados y no quería repetir ese patrón. Así nos tocó y a veces uno no planea las cosas. Lo acompaño a la distancia y si bien no es fácil tener a un hijo lejos, es lo que nos tocó.

-Estás de novio con Isa Valero. ¿Cómo se conocieron?

-Estamos de novios hace seis meses y muy bien. Yo venía de estar de novio con actrices y no me funcionaba, así que llegó a mi vida esta mujer hermosa que es arquitecta y nada tiene que ver con el medio. Es una gran persona, con un alma hermosa. Estamos conociéndonos y disfrutando la vida juntos. Nos conocimos en un evento pero cada quien estaba en pareja; el año pasado me separé y empezamos a charlar. La invité a tomar un helado y comenzamos a salir. Al poquito tiempo nos pusimos de novios.

-¿Ella entiende tu exposición?

-Sí, lo maneja muy bien. Pobrecita, cuando subo una foto con ella en mis redes sociales hay gente que elogia a la pareja y otra que nos ataca. Entonces, le dije que no lea pendejadas porque no viene al caso. Lo maneja súper bien y en la novela tengo besos con otra actriz pero no me dice nada porque entiende que es mi trabajo.

-Cuando se conoció el romance, mucha gente te atacó por las redes y dijo que se superponía con tu anterior relación.

-La gente habla por hablar y no sabe cómo es la realidad. Pero no le puedo contestar a cada uno y decir si está equivocado o no. Mi ex, Marimar, sacó una foto haciendo pública la separación, cosa que no habíamos acordado, y tuve que salir a decir que sí, que la relación se había terminado y cada quien podía hacer su vida. A los dos meses, empecé a salir con Isa y muchos me cuestionaron, pensando que conocí a Isa estando con Marimar. “Tan rápido te olvidaste de la otra y bla bla bla”, me criticaban. Lo que nadie sabe es que me separé en noviembre y que ella me dejó a mí. Suponen que yo la dejé  y a los tres días estaba de novio con otra. Nada más lejano. Es parte de las redes sociales y que se hable libremente por ahí. Estoy acostumbrado y entiendo el juego.

-¿Marimar te dejó a vos?

-Sí. La relación no funcionó y fue eso. Si no funciona, bye, no se puede hacer más nada. De afuera puede parecer que no sufro pero sufro tanto por amor como cualquier otro mortal. Sufrí muchísimo por amor y si bien de afuera pueden pensar que soy yo quien deja a las chicas, no siempre es así y cuando una mujer te dice basta, es basta. Claro que sufrí por amor.

-¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

-Cocinar. Mi plato fuerte son las pastas, las salsas y los asados. Como soy amante del vino, compro carne y quesos y me junto con mis amigos. Mi especialidad es la lasagna; me sale riquísima. También me gusta hacer yoga y todas las mañanas arranco el día con mi clase de yoga y meditación. Soy casero y me gusta recibir a mis amigos en casa.

-¿Qué costumbre mexicana adoptaste?

-Me gusta mucho el picante en las comidas. Lo que pasa es que depende en qué momento lo como. Si estoy tomando vino, no puedo comer picante porque pierde el gusto. Ahora, si no estoy con vino me gusta enchilarme y comer súper picante. Como Isa es venezolana, por la mañana me prepara arepa con huevo y palta y eso me encanta.

-¿A futuro te ves en México o te imaginás en Argentina?

-No lo sé porque la vida puede cambiar mañana. Entonces, vivo el presente. A México lo amo y no me imagino lejos de aquí. En algún momento me fui a Los Angeles a vivir con una ex novia pero la relación no funcionaba y me volví. Ahí pensé: “México me está jalando a quedarme acá”. Estuve en España y Colombia trabajando así que me encantaría también viajar a la Argentina a grabar una novela o una película. Pero sé que voy a volverme a México porque aquí estoy contento y vivo muy bien. Extraño mucho a mi hijo pero tengo posibilidad de que vaya y venga así que eso me deja tranquilo. Y si el día de mañana él quiere venirse a vivir conmigo, yo feliz.